Quiero, quiero, quiero,.....

Quiero comprar un portátil para poder estar conectada a la vez que miro la tele.
Quiero comprar ropa de entretiempo porque ahora ni hace frío, ni calor y todo lo que tengo o es para verano o para invierno.
Quiero comprar un espejo de cuerpo entero para la entrada porque ahora no lo tengo.
Quiero comprar estanterías para ponerlas en el despacho y poder organizarlo.
Quiero ponerme a limpiar porque tengo la casa que da asco.
Quiero comprarle algo a Yeray.
Quiero comprarle algo a Estela.
Quiero comprarle algo a Josep Mª.
Quiero comprarle algo a Pau y a Marc.
Quiero, quiero,... es curioso como nos creamos quieros sin darnos cuenta, y cuando empiezas a cumplir todos esos quiero dejan de ser igualmente de deseables. Todo deja de tener valor una vez lo adquirimos, creo que es una de las razones por lo que muchas parejas se rompen, por ese materialismo que nos hemos inculcado. Deseas a alguien igual que deseas algo, y consideramos que tenerlo es ya el final de la cadena, no hay que conservarlo. Y si no quitas el polvo llega un momento que todo se estropea.
DEFINITIVAMENTE EL SÁBADO HAGO LIMPIEZA.